El Eskisehir jugaban contra el Estambul Basaksehi y la visita terminó por voltear el encuentro y eso generó que los hinchas empezaran a quemar las graderías de su propio estadio, en símbolo de fastidio y frustración.
Este resultado permitió que el equipo de Eskisehir esté en la segunda división de Turquía.
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